En nuestros seguimientos a los estudiantes lideres inmersos dentro del Programa de formación de actores educativos del proyecto Educación Productiva, conocimos la realidad de cada caserío, aquí un pequeño relato de mi cuaderno de bitácora.
La escuela de Paraje Grande un caserío, perteneciente al distrito de Paimas, es multigrado y unidocente, lo que vale decir en buen cristiano que en una sola aula estudian alumnos y alumnas del 1ª al 6ª grado de primaria a quienes enseña una profesora que es la directora al mismo tiempo.
Se preguntarán cómo lo hace, ella enseña a todos los grados y en una pizarra, se las ingenia para escribir las lecciones de los 6 grados. Mi compañera y yo no la hemos visto hacer clases porque no es nuestro trabajo (aunque a veces escucho su clase antes de entrar para no interrumpir) y puedo observar la división de la pizarra por grados y las indicaciones que se da a cada grado
Su mejor aula es relativamente grande: sillas, mesas para 18 niños y niñas, escritorio, armario para materiales (muy ordenado y catalogado) rincones de aseo, lectura, asistencia etc., ventanas amplias pero que dan al cerro.
La única puerta da a la mejor vista del caserío, el paraje tranquilo de ceibos y algarrobos terminan en el paso del río Quiroz, la sombra de nuestros amigos árboles atraen a darse un chapuzón y a eso de las 3 p.m. la brisa ribereña te deja en los brazos del Morfeo de Paraje Grande.
Es noviembre y el frío se va alejando, los niños se bañan en el río pero lo hacen rápido para no estar más constipados pues esas tosecitas son eternas por este Paraje.
Los niños y niñas vienen de varias lugares a estudiar pues Paraje tiene sólo unas 10 casitas frente al puente y de ese cerro tan alto y verde .Allá arriba aun viven personas y hay niños que bajan todo ese cerro para estudiar, no les importa caminar llegan tarde pero llegan .
Sentada a veces en el puente que separa el río Quiroz,me surgen las reflexiones : al frente hay luz eléctrica y agua potable en cambio en Paraje aun no. Sentada veo como los niños me dicen chao! y cruzan el puente para ir a casa.
Sentada allí en este puente naranja me doy cuenta que la brecha de la educación se cruza aquí y la recorren niños y niñas de 6 a 14 años para estudiar y ser mejores personas. Brecha que se aminora por un puente y el río Quiroz
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar